Cuando se trata del crecimiento muscular, a menudo la gente tiende a relacionar estrechamente el periodo de entrenamiento que se acaba de completar y el proceso de recuperación de este. Si bien ambos son cruciales para mejorar el crecimiento muscular, una pieza vital del rompecabezas es en realidad el flujo sanguíneo.

Lo único que muchas personas experimentadas se esfuerzan por alcanzar en el gimnasio es una bomba.

Esta bomba se conoce más específicamente como vasodilatación y es cuando los vasos sanguíneos se expanden para permitir un mayor flujo sanguíneo que puede conducir a un mayor crecimiento muscular.
Alcanzar un bombeo en el gimnasio es directamente la sensación que tienes durante tu entrenamiento de una piel increíblemente tensa, casi hasta el punto en que se siente como si tu piel se fuera a rasgar. Además de la tensión, notarás una apariencia temporal de que tus músculos están más llenos y más grandes de lo normal. Esto se debe a que el músculo se llena de sangre.

Entonces, ¿exactamente cómo afecta el flujo sanguíneo a las ganancias musculares? A continuación se muestran tres formas.

1. Eliminación de desechos del músculo

Durante episodios intensos de ejercicio, tus músculos están sometidos a mucho estrés y trabajo. Debido a esto, los desechos metabólicos se crean como un subproducto que continúa acumulándose y se asienta en los músculos que se ejercitan. Si alguna vez has sentido esa sensación de ardor durante un entrenamiento, se debe a que se crean estos subproductos como el ácido láctico y la urea.

Estos productos de desecho pueden afectar negativamente tu entrenamiento y disminuir tu rendimiento al aumentar la fatiga. Cuando mejoras tu flujo sanguíneo, aumenta tu capacidad de eliminar estos subproductos para permitirte continuar presionando con fuerza durante tu entrenamiento y maximizando tu potencial de crecimiento muscular.

2. Mejora de la entrega de nutrientes

Al realizar tu máximo esfuerzo en el gimnasio, la fatiga puede aparecer rápidamente. Tus músculos demandan nutrientes para funcionar de manera óptima. Si estos nutrientes se agotan, puedes notar que tu resistencia y recuperación entre series disminuye.

Con un aumento en tu flujo sanguíneo, los nutrientes pueden transportarse más fácilmente a los músculos para ayudar a acelerar la recuperación y mejorar la resistencia muscular. Al permitirte esforzarte más y recuperarte más rápido, aumenta tu capacidad para mejorar tu crecimiento muscular.

3. Aumento de sangre oxigenada en los músculos.

De la misma manera que el suministro de nutrientes, cuando aumenta el flujo sanguíneo, el corazón puede bombear más fácilmente la sangre con altos niveles de oxígeno hacia los músculos que se ejercitan. Todo en nuestro cuerpo demanda oxígeno. Cuando un músculo (por ejemplo) se queda sin oxígeno, los niveles de rendimiento pueden disminuir.

Si puedes aumentar tu flujo sanguíneo durante tus entrenamientos, más oxígeno podrá ingresar a tus músculos para mejorar tu capacidad de esforzarte más durante tus entrenamientos, y así ayudar a romper de manera más efectiva las fibras musculares permitiendo que puedan volver a crecer más grandes y más fuertes a través de la recuperación y el descanso.

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